Asumámoslo. Cuando hablamos de "leyes tributarias" la mayoría de nosotros pensamos en: A) Un dolor de cabeza, B) Un montón de papeles incomprensibles, o C) La excusa perfecta para tomarse un café y procrastinar.
Pero mira, la ley de Cumplimiento Tributario (LCT), es de esos temas que no puedes ignorar. Es como esa nueva política de tu empresa que dice que ahora tienes que marcar la hora de entrada con reconocimiento facial. No te gusta, pero si no lo haces, hay drama (así que déjale eso a las series coreanas).
Al grano:
¿De qué va esta ley? En términos sencillos, el Estado chileno le dijo al Servicio de Impuestos Internos (SII): "Necesitamos más plata. Pero en lugar de subirle los impuestos a todo el mundo, vamos a asegurarnos de que los que están esquivando los paguen."
Esta ley es básicamente una actualización del software que usa el SII para mirarnos las cuentas. Y, créenos, el software pasó de ser el viejo Windows 98 a un sistema con inteligencia artificial, machine learning y quizás hasta reconocimiento facial de tu billetera.
Históricamente, la línea entre la elusión (usar vacíos legales para pagar menos impuestos) y la evasión (simplemente no pagar lo que debes, eso es ilegal mal) era compleja. La elusión era el deporte favorito de los abogados tributarios: si encontraban un loophole, era legal.
La nueva ley viene a decir: "Se acabó el recreo."
Antes, si hacías una reorganización societaria muy compleja y terminabas pagando $0 de impuestos, podías argumentar que tu intención era "mejorar la eficiencia operativa". El SII tenía que probar que no era así, lo cual era dificilísimo.
Ahora, la LCT fortalece la Cláusula General Antielusión (CGA). Esto significa que si el SII detecta que una operación no tiene un propósito o razón de negocio real, más allá del mero ahorro tributario, te puede recalificar esa operación y cobrarte los impuestos que debiste pagar.
Traducción del Club: Si tu movimiento es tan enredado que necesita 5 diagramas de flujo para explicarse, y el único resultado práctico es que Hacienda recibe menos dinero, van a venir por ti. Ya no basta con que sea legal en la forma; ahora debe ser lógico en el fondo.
La ley le da al SII superpoderes de fiscalización. Se simplifican los procedimientos para determinar deudas y se amplían las facultades para obtener información.
Este es el cambio más picante. La ley establece un Régimen Obligatorio de Revelación de Esquemas Agresivos de Planificación Tributaria.
Si eres un contribuyente común y corriente (sueldos, inversiones sencillas en fondos mutuos, una pyme que declara lo que corresponde), la ley no busca hacer tu vida un infierno.
La Ley de Cumplimiento Tributario es una declaración de guerra contra la elusión sofisticada y la evasión a gran escala. Es el esfuerzo del Estado por cerrar la llave de las fugas de dinero donde los grandes jugadores tienen las herramientas para esconderlo.
Así que, el mensaje es simple: Sé transparente, haz operaciones con lógica de negocio real, y pregunta a tu asesor si ese esquema brillante que te proponen es "de los que hay que revelar".
Mejor pagar lo justo y dormir tranquilo, que intentar una pirueta legal que mañana el SII, con sus nuevas gafas y su IA, va a desarmar en 5 minutos.
Aquí vimos que la Ley de Cumplimiento Tributario chilena: